La sociedad romana
Monarquía
La población de Roma, desde el origen, estuvo dividida de
una manera radical en dos estamentos juridicos sociales: el de hombres libres y
el de esclavos. Los primeros se distribuían en dos clases: los patricios y los
plebeyos.
· Los
patricios: era la clase descendente de los fundadores de la ciudad. Tenían
muchas tierras y ganado. Controlaban el Senado y se reunían en la llamada asamblea
curiada.
· Los
plebeyos: la mayoría de los ciudadanos, eran inmigrantes
voluntarios o forzosos, procedían otras ciudades, y se dedicaban al trabajo
manual en diversos oficios y servicios.
· Los clientes: vivían
con las familias patricias, de las cuales conseguían pequeñas parcelas de
terreno y protección a cambio de disposición servicial para siempre.
· Los caballeros: consiguieron
enriquecerse gracias al pequeño comercio, a la industria incipiente, los
contratos públicos, etc., y son una clase intermedia.
· Los
esclavos: hombres que no tenían ningún derecho, tampoco sus familias, se les trata mal,
fueron aumentando con el tiempo, sobre todo en el periodo etrusco.
República
La distribución de la población romana que había en la época
de la monarquía cambió mucho en la república.
· La orden ecuestre:
tenía el poder mas honorable, economicamente sobre todo: controlaban las
finanzas, la industria, el comercio, el tráfico de esclavos, el cobro de
impuestos y muchas más cosas.
· El patriarcado:
siguió teniendo igualmente el prestigio y los privilegios que tenía. Pero politicamente
ya no controlaba tanto. Por culpa de esto muchas familias patricias se
extinguieron por falta de descendencia o simplemente se arruinaron.
· Los plebeyos: era
la mayoría campesinos. Trajeron la mayor parte del peso de la expansión
imperialista. Al contrario que para las clases dominantes, senadores y
caballeros, para ellos la expansion de Roma fue su ruina, porque perdieron sus tierras debido a la guerra.
El número de esclavos aumentó por las guerras, y estos se convirtieron
en la mano de obra de todos los sectores económicos. Había una distinción clara, de consecuencias importantes,
entre los ciudadanos de Roma y los súbditos del Imperio. Sólo a los primeros se
los reconocían los derechos políticos, como el derecho al voto y a apelar a los
tribunales de la capital, y los derechos privados de propiedad, comercio y
matrimonio.
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